El cobre es un metal cálido, potente y hermoso. Se le considera el guardián de la longevidad, protector de la estructura ósea y las articulaciones. Los alquimistas aseguran que ayuda a resaltar las cualidades más sensuales de los seres humanos.
El cobre tiene la propiedad metafísica entre otras cosas de traer buena suerte, se considera un mineral que aporta gran energía, agilidad mental y ayuda a mejorar los campos magnéticos.
El cobre se conoce como un buen conductor de energía, es un metal que aporta el equilibrio a nuestras energías proyectivas y receptivas. El cobre es conocido por chamanes y curanderos por ser un metal que equilibra las polaridades de nuestro cuerpo, eliminando así los bloqueos que son los responsables de las enfermedades o desequilibrios.
El cobre aporta la curación a nuestra mente, cuerpo y espíritu. Proporciona una conexión armónica entre los cuerpos físico y astral, y también puede alinear los cuerpos sutiles. Se ha utilizado para amplificar y transmitir el pensamiento y la energía de curación. El cobre ha sido utilizado como complemento con piedras y cristales, de esta forma ayuda a alinear los campos energéticos (ya que cada piedra también tiene sus propiedades). Ayuda a combatir la fatiga y el letargo, la inquietud y la no aceptación de uno mismo.
El cobre normalmente es utilizado para reducir el dolor y la inflamación de la artritis y del reumatismo. No sólo es un excelente conductor de electricidad, sino que también ayuda a que muchos tipos de energía fluyan por el cuerpo. El sistema nervioso y las funciones cerebrales se ven fortalecidas y pueden ser liberadas de la frustración, la tensión y de la energía nerviosa.
El cobre facilitará e integrará todas las energías que se encuentren a tu alrededor. Si existe un conflicto en potencia, el cobre pondrá término a esa agresión. Si existe resistencia o un bloqueo impidiendo el movimiento, el cobre ayudará a que la energía vuelva a fluir constructivamente. También favorecerá todas las comunicaciones y mejorará situaciones emocionales.
