Los Berserker (y cultos guerreros similares que implican el cambio de forma y la asunción de comportamientos bestiales) son fascinantes.
Se han dicho y escrito muchas cosas sobre ellos, especialmente en lo que respecta a su método para alcanzar un estado de furia animal: algunos autores han atribuido esos estados al consumo de enteógenos/terógenos como setas o plantas como el beleño negro. Otros lo han atribuido al uso de pieles de animales, o a actos rituales como el aislamiento y/o el consumo de alimentos o bebidas específicas.
Al igual que el ungüento de brujas o el kykeon eleusino, la droga berserker se ha convertido en un constructo por sí mismo, si realmente existió, deberíamos prestar atención al contexto social, cultural y antropológico en el que se originó para entenderla en todas sus manifestaciones.
